Energía limpia en movimiento

¿Cuantas veces al día pulsas las teclas de tu computadora o de tu celular? ¿Cuantos pasos das, cuantas horas bailas o vas al gimnasio en una semana? ¡Estas desaprovechando la energía que generas! He aquí lo nuevo, producir energía a través del movimiento de nuestro cuerpo.



Desde la antigüedad la generación de energía se ha logrado a través de distintos combustibles como aceites, turba, madera y combustibles fósiles que por mucho tiempo fueron suficientes para las necesidades de aquel tiempo. Aun a finales del siglo XVIII, a pesar de la primera revolución industrial, la tecnología desarrollada no requería de electricidad, pero en la actualidad el uso de energía eléctrica es literalmente vital, a nuestro alrededor seguramente existe algún aparato que utilice energía eléctrica para funcionar.



Usar electricidad no es siempre un medio de energía limpia, todo depende de su origen. Todavía se sigue dañando el planeta al obtener electricidad de recursos no renovables como el petróleo, gas natural, carbón y uranio, recursos que al ser extraídos y consumidos contribuyen a la emisión de gases efecto invernadero y gran cantidad de contaminantes, que impactan ambientalmente a cerca del 80% de la población mundial, es decir los países en desarrollo que exportan materias primas a los países industrializados y solo consumen una tercera parte de la energía del planeta.

Afortunadamente se han desarrollado o en algunos casos reincorporado distintos tipos de energías verdes, limpias o renovables que en teoría no producen emisiones contaminantes (salvo las generadas en su construcción y funcionamiento) que surgen de fuentes abundantes e inagotables, como es el viento para la energía eólica, el sol (energía solar), la biomasa, el calor de la Tierra a través de la energía geotérmica, la energía térmica oceánica, energía de las corrientes marinas, el movimiento de las olas (energía undimotriz u olomotriz) y el subir y bajar del nivel del mar conocido como mareas, es decir la energía mareomotriz.


Foto: Land Installed Marine Powered Energy Transformer –LIMPET- (que significa concha o molusco), es un proyecto  desarrollado desde el año 2000 en la isla de Islay en Escocia por la firma Wavegen Voith Hydro. LIMPET utiliza el aire desplazado hacia afuera por las olas para hacer girar turbinas en una caja de cemento establecida en una costa. 















Dispositivos Aqua BuOY, una propuesta de la empresa canadiense Finavera, son boyas con redes de cables submarinos, instaladas a kilómetros de la costa que convierten la energía cinética de las olas en energía generada por el agua a presión a través de una turbina y un generador eléctrico. 


Por otra parte, en nuestros cuerpos, el combustible principal son los alimentos, los cuales están constituidos por carbohidratos, lípidos, proteínas, etc. y al ingerirlos podemos transformarlos en energía para mantenernos vivos, crecer, generar calor, movimiento e incluso luz. Y precisamente aquí es donde vale la pena poner atención ya que la opción de que nosotros mismos seamos una gran fuente de energía, energía eléctrica, esta siendo totalmente factible. El concepto es no desperdiciar la fuerza humana, convertirla en energía eléctrica y aprovecharla al momento o almacenarla en baterías. Acciones como ir al gym, andar en bicicleta fija, bailar o simplemente teclear en la computadora se han convertido en fuentes de energía a través de novedosos inventos y adaptaciones como la bicilavadora o aplicaciones de la piezoelectricidad.








Fotos: The green MicrogymSustainable Dance Club y Club4 Climate son algunos gimnasios y sitios para ir a bailar y generar energía eléctrica. 

Foto: Bicilavadora

Las energías limpias mencionadas anteriormente son caras debido a los costos de almacenamiento de energía, pueden ser limitadas de acuerdo a la diversidad geográfica y en muchas ocasiones causan grave impacto visual. 


Pero, los mares y océanos cubren tres cuartas partes de la superficie del planeta y los seres humanos somos aproximadamente 6,692,030,277 de personas, que vivimos distribuidas en todos los continentes, así cada uno de nosotros conforma un enorme depósito de energía. 


Cada persona, en promedio puede generar unos 50 vatios de electricidad por hora en máquinas de gimnasio y cada vez que se pulsa una tecla se generan 0,5 vatios de energía. Imaginemos tan solo si todas las oficinas con actividad constante sobre los teclados implementaran un sistema de transformación y utilización energía, seguramente reducirían su consumo normal y ahorrarían considerablemente en la factura de electricidad. 


En definitiva la producción de energías alternativas va en aumento, aunque los costos elevados, el lento cambio de paradigmas de la sociedad y la voluntad política impidan en cierta parte su desarrollo. Mientras tanto ahora que ya sabemos todo esto ¡
a moverse! y generar energía. Ahh, y si a alguno de ustedes se le ocurren otras aplicaciones de opciones alternativas de energía, chequen el premio Saltire que ofrece 14 millones de euros a quien presente un proyecto innovador en energía marina.

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